martes, 14 de mayo de 2013

Samuel Ramos ante la condición humana

Samuel Ramos ante la condición humana*
 

 
 
 
Ma. del Carmen Rovira Gaspar
 
Samuel Ramos nació en Zitácuaro, Michoacán, el 8 de junio de 1897. Su padre, Samuel Ramos Cortés, quien fue un culto médico, introdujo a su hijo Samuel en la cultura y literatura clásica. Siendo todavía un niño su familia se traslada a la ciudad de Morelia, donde realizará sus estudios de primaria. En 1911 pasa a estudiar al Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo. En este mismo año escribe algunos breves artículos para la revista Flor de Loto. Colabora también en Minerva, publicación fruto de la clase de literatura. Aproximadamente en 1915 termina sus estudios de preparatoria, en ellos había recibido la influencia de la corriente filosófica del momento: Spencer, Tichener y Stuart Mill; combina esta lecturas con otras de carácter esencialmente conservador como los escritos del Cardenal Mercier y los del filósofo escolástico español Jaime Balmes.
En Ramos se despierta un gran interés por la filosofía y sus problemas lo cual da lugar a que, en cierto modo, abandone la carrera de medicina, (su padre lo había inscrito en la Escuela de Medicina de Michoacán) y se dedique a los estudios filosóficos. Fallecido su padre se traslada a la ciudad de México donde de nuevo vuelve a estudiar medicina aun cuando asiste de oyente a las clases de filosofía que impartía el maestro Antonio Caso y que lo harán decidirse por los estudios filosóficos.
Resulta por demás interesante esta relación que se da en Ramos entre la medicina y la filosofía y quizá ella dio lugar o bien fue conformando el interés de nuestro filósofo por los problemas esenciales y propios del hombre tales como los psicológicos y aquellos que trata y desarrolla en su obra Hacia un nuevo humanismo.
En los años de 1918 y 1919 cursa en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de México la carrera de filosofía. Entre sus compañeros de estudios se encuentran jóvenes que también con los años llegarán a ser representativos de la cultura en México, tales como Lombardo Toledano, Alfonso Caso, Manuel Herrera Lasso, Daniel Cosio Villegas y otros.
En estos primeros años de estudios filosóficos Samuel Ramos admira a Antonio Caso por sus conocimientos filosóficos y su carácter magisterial, admiración que más adelante desaparecerá dando lugar a sus críticas a Caso; posición ésta que nos revela al joven Ramos independiente y crítico ante la figura de Caso que amenazaba convertirse en el "mito" de la filosofía mexicana.
En el año de 1921 Ramos es profesor en la Escuela Nacional Preparatoria impartiendo las materias de "Problemas filosóficos" y "Ética".
Nos dice Hernández Luna que en el año de 1925 se dan en la vida de Ramos dos hechos por demás importantes: "El primero es su amistad con Salomon Kahan quien lo inició en el conocimiento de la música... El segundo... fue su encuentro con el filósofo italiano Benedetto Croce" (Ramos, 1990).
Tanto impresionó a Ramos el pensamiento de Croce que realizó una traducción al castellano del Breviario de Estética del filósofo italiano.
En el año de 1926 viaja a Europa, entre otras ciudades visita París y Moscú. Al regresar a México colabora en la revista Ulises, en donde publica en 1927 un ensayo crítico sobre Antonio Caso. Afirmaba en su artículo, es el "primer intento de definir y valorar en conjunto la obra y la personalidad de nuestro más destacado pensador" (Caso, 1971).
Algunos intelectuales mexicanos del momento no aceptaron la crítica de Ramos a Caso; entre ellos podemos citar a Miguel A. Cevallos que publicó un folleto titulado La insinceridad de Samuel Ramos, a Luis Garrido en su artículo Un censor inoportuno y al propio Caso en su ensayo Ramos y yo (un ensayo de valoración personal), publicado por la Editorial Cultura en el mismo año.
Sin embargo hubo también defensores de Ramos, como Jorge Cuesta, que escribía en la revista Ulises y cuyo artículo en defensa de Ramos llevaba el siguiente titulo “Antonio Caso y la Crítica”.1
La inquietud y el interés que siempre sintió Ramos por el pensamiento filosófico mexicano lo llevaron a proponer y fundar en el año de 1941 la cátedra de historia de la filosofía en México, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, hecho académico de gran significación y proyección al interior de la tradición filosófica mexicana ya existente. Quizá todavía no se ha reconocido suficientemente la importancia y proyección que tuvo en su momento y por siempre, la creación de dicha cátedra.
Por otra parte la situación política mexicana y la mundial preocuparon siempre a Samuel Ramos. Nunca estuvo de acuerdo con la implantación en México de la educación socialista. Poseedor de una gran sensibilidad le afectó mucho la segunda guerra mundial y todo el conjunto de situaciones que debido a las distintas ideologías se dieron en ella.
En el año de 1945 fue nombrado director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, cargo que desempeñó hasta 1950. Años sumamente significativos en lo político y académico ya que durante ellos llegaron a dicha facultad intelectuales que por sus ideas políticas se vieron forzados a salir de su tierra natal encontrando refugio en México. Ramos abrió generosamente las puertas a todos ellos; especialmente "los trasterrados" españoles entre los que se encontraban Juan David García Baca, Joaquin Xirau, José M. Gallegos Rocafull, Adolfo Sánchez Vázquez, José Gaos y otros, agradecieron siempre a Ramos el espacio intelectual y académico que les brindó.
En el año de 1954 fue nombrado Coordinador de Humanidades de la UNAM. Así mismo fue designado miembro de El Colegio Nacional. Falleció Samuel Ramos el 21 de Junio de 1959.
A continuación pasamos a realizar una exposición concisa de su obra así como un breve análisis de sus temas más significativos.
Siguiendo un orden cronológico las obras de tema, primordialmente filosófico, escritas por Ramos son las siguientes: El perfil del hombre y la cultura en México, publicada en 1934; Hacia un nuevo humanismo, 1940; Veinte años de educación en México, 1941; Historia de la filosofía en México, 1943; y Filosofía de la vida artística, 1950.
Es oportuno recordar que el primer libro de Ramos fue Hipótesis, publicado en 1928. Reunía los artículos escritos y publicados por nuestro autor, entre los años de 1924 - 1927; eran artículos sobre temas enfocados por Croce, así mismo sobre Papini, Ortega y Gasset, Scheler y otros. Así mismo su ensayo critico sobre Caso, ya citado, que en 1927 se publicó en la revista Ulises.
Ramos fue un gran articulista; en la revista Contemporáneos, 1929, publicó El caso Strawinsky; Diego Rivera que apareció publicado con el titulo El sueño de México, así como el titulado La cultura criolla que más tarde vendría a integrarse en El perfil del hombre y la cultura en México; en la revista Examen, 1932 publica un artículo que muestra ya, claramente, su inquietud en relación a la problemática social y cultural en México, dicho artículo apareció con el nombre, bastante inquietante para su tiempo, Psicoanálisis del mexicano, publica otro ensayo en la misma revista con el titulo Motivos para una investigación del mexicano; todos ellos preparaban ya el camino para su obra El perfil del hombre y la cultura en México.2
Al pasar a referirnos al contenido de esta obra nos parece conveniente comenzar recordando y por lo mismo, citando unas significativas palabras de Gaos sobre ella, que nos vienen a aclarar algunos de los lineamientos filosóficos de Ramos, así como influencias recibidas. Gaos que guardó siempre, hacia Ramos una sincera gratitud y amistad no desprovistas de cierta admiración y reconocimiento a la obra filosófica del maestro mexicano, afirmaba:
...un libro que... ha llegado hace poco a México en su tercera edición, en una colección tan popular, que equivale a su pública consagración como clásico en la comunidad internacional hispánica, prenda de acabar siéndolo en la universal: El perfil del hombre y la cultura en México, de Samuel Ramos. Esta tercera edición no difiere de la segunda, de 1938 (la primera es de 1934), sino en la adición de un prólogo y media docena de artículos sobre temas relacionados con los del libro y en la suspensión del capitulo “El indígena y la civilización" (Gaos, 1954: 212).
Por otra parte, Gaos, hizo también mención en su obra Pensamiento de lengua española, no sólo de El perfil del hombre y la cultura en México, sino también de Hacia un nuevo humanismo y de la Historia de la filosofía en México (Gaos, 1945: 169 a 187).
Ramos comienza El perfil..., en la tercera edición con un prólogo por demás significativo y aclaratorio en relación a los problemas que piensa abordar en esta obra. En primer lugar afirma que dicha obra es "... un ensayo de caracterología y de filosofía de la cultura" (Ramos, 1972: 89); exactamente, Ramos realiza un análisis del mexicano y de su cultura; en segundo lugar advierte que para el análisis "del ser del mexicano" utilizará los lineamientos psicológicos de Alfredo Adler que pueden aclarar, en mucho, la caracterología del mexicano:
El psicoanálisis permite descubrir en el alma mexicana fuerzas oscuras que, disfrazadas de aspiraciones hacia fines elevados, en realidad desean un rebajamiento de los individuos. A menudo se exaltan falsos valores auténticos. Otras veces, se imita ciegamente lo extranjero, ahogando de este modo el desenvolvimiento de las potencialidades nativas. En ocasiones... se rechazan valores extranjeros que hacen falta en México alegando una sana intención nacionalista... Lo que por primera vez se intenta, en este ensayo, es el aprovechamiento metódico de las teorías psicológicas de Adler al caso mexicano. (Ibíd.: 94)
Insiste en el problema de la "supuesta inferioridad del mexicano", afirmando que él nunca ha atribuido una inferioridad en el mexicano..." lo que afirmo es que cada mexicano se ha desvalorizado a sí mismo, cometiendo, de este modo, una injusticia a su persona" (Ibíd.: 92); concluye afirmando que el mexicano no es inferior, se siente inferior. Por último señala algo sumamente valioso en relación a la filosofía mexicana: Al tratar y analizar la formación del espíritu mexicano, en el último capítulo del libro (expone) que el ideal de nuestra cultura debe ser la realización de un nuevo humanismo.
Ramos plantea con toda claridad la relación existente entre sus dos obras, El perfil del hombre y la cultura en México y Hacia un nuevo humanismo. Recordemos sus palabras altamente significativas, pues aunque en páginas siguientes las analizaremos, son, citadas aquí, una guía para el lector en la comprensión del pensamiento filosófico de Ramos y de su originalidad:
Comprendiendo que bajo esas palabras (nuevo humanismo) latía un problema filosófico acerca de la esencia que merecía una amplia discusión, escribí otro libro que se publicó con el titulo de Hacia un nuevo humanismo. Es claro que el problema acerca de la esencia del hombre es una cuestión de orden general que debe tratarse in abstracto, sin hacer referencia a ningún caso en particular. Pero aun cuando así está considerado el tema en mi libro Hacia un nuevo humanismo, su elaboración fue impuesta por una idea surgida en el libro anterior, de la cual es su desarrollo filosófico. De este manera, los dos libros quedaron relacionados entre sí, uno como consecuencia del otro" (Ibíd.: 94).
La idea a la que Ramos se refiere es la de cultura y el sentir esencial del maestro es que "se ha perdido en México la noción del humanismo" y por lo mismo la urgente necesidad de " orientar la educación en un sentido humanista" (Ibíd.)
En los diferentes capítulos que forman El perfil..., Ramos realiza interesantes enfoques sobre lo que es el ser del mexicano, sus conflictos y problemas esenciales; entre dichos capítulos podemos citar el dedicado al "Psicoanálisis del mexicano", en el que analiza los caracteres peculiares de aquellos que conforman las distintas capas sociales. Partiendo de la idea de que: "La psicología del mexicano es resultante de las reacciones para ocultar un sentimiento de inferioridad" (Ibíd.: 119), expone aquellas características esenciales de diversos tipos de mexicanos: "el pelado", "el mexicano de la ciudad", "el burgués mexicano", "la cultura criolla", es este último, según nuestro parecer, uno de los más interesantes junto con el titulado "El abandono de la cultura en México". En este plantea que la actitud de mexicano hacia Europa ha tenido un cambio significativo, "... comienza éste (el mexicano) a interesarse por su propia vida y el ambiente inmediato que le rodea... El fracaso de múltiples tentativas de imitar sin discernimiento una civilización extranjera nos ha enseñado con dolor que tenemos un carácter propio y un destino singular, que no es posible seguir desconociendo" (Ibíd.: 140). En México se ha dado un despertar "de la conciencia del yo nacional". Sin embargo advierte que esto ha dado lugar a posiciones equivocadas: el nacionalismo exagerado y el punto de vista de los europeizantes. Ramos no acepta ninguna de las dos y afirma que la solución es la "cultura" propia y esencialmente mexicana, "Se tiene o se tendrá la cultura que determine la vocación de la raza, la fatalidad histórica. Nosotros tratamos de definir el perfil de la cultura que puede aparecer en México" (Ibíd.: 143).
Esa cultura surgirá del conocimiento esencial de la mexicanidad, esto es uno de los fines que se propuso Ramos en esta obra.
Insiste el filósofo mexicano en la propuesta de que si se logra despojar a la tendencia nacionalista del sentimiento contra lo extranjero queda "un contenido moral de indudable valor", por lo mismo afirma que es necesario " un esfuerzo de introspección nacional".
Es necesario un conocimiento del "alma mexicana", solo así, " tendremos las bases para explorar metódicamente la maraña de la cultura europea y separar de ella los elementos asimilables en nuestro clima... Nunca se ha pensado en una selección consciente y metódica de las formas de la cultura europea, capaces de aclimatarse en nuestra tierra".3
En resumen según Ramos es necesario, en primer lugar, liberar a los mexicanos de, " los complejos inconscientes que hasta hoy han cohibido el desarrollo de su ser verdadero" (Ibíd.: 149). Esto se logrará mediante un análisis crítico-psicológico del ser del mexicano, es decir, realizando una "introspección nacional". Este proceso conducirá a un nacionalismo coherente que a su vez logrará tomar del pensamiento europeo aquellos contenidos positivos para la cultura en México.
A su vez insiste en que la cultura en México "ha tenido siempre el aprendizaje de resultados, de verdades hechas, sin reproducir el proceso viviente que ha conducido a esas verdades" (Ibíd.: 151), por lo mismo afirma" la cultura no ha sido humana", perdiéndose en México " la noción del humanismo", aclarando que "Ser partidario del humanismo en estos momentos no significa ser conservador y querer el retorno a lo antiguo. Cada momento histórico tiene su propio humanismo, desde el cual puede enfocarse con nuevas perspectivas las inspiraciones humanistas que vienen del pasado” (Loc. cit.). Puede hablarse en México de "una cultura ya objetivada en obras y de una cultura en acción", en relación íntima con esta última está la educación, a la que le concede una singular importancia en el proceso de humanización.
Ya en estas páginas de El perfil... y en sus últimos capítulos, Ramos planteaba los conceptos de humanismo, civilización y cultura que pasará a desarrollar en su siguiente obra Hacia un nuevo humanismo.
Es evidente la influencia de Ortega y del psicólogo Adler en Ramos, ya lo afirma Gaos en relación con la influencia del primero en Ramos. Refiriéndose al maestro mexicano y recordando Gaos su llegada a México, puntualiza:
El autor de esta nota no puede menos de complacerse en recordar que, arribado a México muy poco después de dicha publicación, la primera suya en México fue sobre el libro de Ramos: un artículo, Letras de México, de cuyos puntos tiene particular interés aquí el que señalaba las relaciones entre la filosofía de salvación de las circunstancias españolas cuyo programa trazara Ortega y Gasset en prólogo a las Meditaciones del Quijote y la filosofía de salvación de las circunstancias mexicanas que vienen a ser el contenido del libro de Ramos (Gaos, 1954: 213).
Si recordamos el " Prólogo" o "Lector" de Ortega a sus Meditaciones del Quijote, podemos apreciar la insistencia del filósofo español sobre "las circunstancias españolas... El hombre rinde al máximo de su capacidad cuando adquiere la plena consciencia de sus circunstancias... ¡La circunstancia! ¡circum - stantia!, ¡Las cosas mundanas que están en nuestro próximo derredor” (Ortega y Gaset, 1942: 25).
Precisamente la circunstancia mexicana es la que, como hemos visto en un seguimiento orteguiano, inquietó a Ramos y quiso aclararla en lo más posible para la fundamentación de la cultura y de la filosofía mexicana. Así mismo puede descubrirse también en el filósofo mexicano la influencia de Ortega a través de la obra de éste Ideas y creencias, precisamente cuando Ortega se refiere al "Espíritu" según Hegel realidad única universal, absoluta: "tiene pues dos haces por uno es constante problema para sí; por otro es interpretación de ese problema. ¿No es esto lo característico de la vida humana?... La vida no es el sujeto sólo, sino su enfronte con los demás, con el terrible y absoluto otro que es el mundo, donde al vivir nos encontramos náufragos" (Ortega y Gaset, 1944: 1692).
Ramos resintió y le dio forma a este "enfronte con los demás", esto es con los elementos integrantes de la circunstancia mexicana.
Pero no solamente tuvo Ramos influencia europea y española sino también mexicana, concretamente de un filósofo mexicano Ezequiel A. Chávez y esta influencia se advierte claramente, en el interés de Ramos por definir las características del ser del mexicano.
Comencemos por recordar una afirmación de Gaos, en una frase dirigida a los jóvenes mexicanos del grupo Hiperion, en donde señala la necesidad "de que los jóvenes agonistas de la filosofía del mexicano y lo mexicano reconozcan declaradamente el antecedente más especifico y decisivo de esta filosofía en el libro de Ramos" (Gaos, 1954: 213)
Si la filosofía del mexicano tiene como base las características del ser del mexicano, el primero en hablar de dichas características fue Ezequiel A. Chávez y no Ramos como se pretende y se cree, por algunos, todavía actualmente. Aclaramos, Chávez no elaboró una filosofía del mexicano, pero sí un estudio sobre las características del ser del mexicano y, al parecer, fue el primero en hacerlo.
Gaos desconocía una "Memoria" presentada por Chávez, como delegado de la Sociedad Positiva de México, el 13 de diciembre de 1900 en el "Concurso Científico Nacional de 1900", dicha "Memoria" lleva por título Ensayo sobre los rasgos distintivos de la sensibilidad como factor del carácter mexicano y fue publicada por la Revista Positiva N° 3, 1 de marzo de 1901 (Revista Positiva. T. I), " Memoria" que he tenido la suerte de encontrar en mis últimas investigaciones.
Dicha "Memoria", que bien puede calificarse como "Ensayo", es sumamente interesante. Comienza señalando la importancia que tiene el estudio del carácter de los pueblos, esto es de "las condiciones psíquicas" de los individuos que los forman. Relacionando lo anterior con la idea de "progreso" y con la afirmación de que cada pueblo debe recibir una educación de acuerdo con sus características psíquicas pasa a exponer los rasgos de la sensibilidad y las emociones en el mexicano, advirtiendo que éstas varían en los distintos elementos humanos que forman la nación. Tratando de explicar el por qué de esta variabilidad analiza al indígena, al criollo, al mestizo superior y al mestizo vulgar.4
Por haber sido Chávez maestro de los ateneístas, por las menciones de alabanza que de él hicieron tanto Antonio Caso como Vasconcelos y por ser contemporáneo de Ramos, nos inclinamos a afirmar que éste debió conocer el citado Ensayo y que indudablemente sufrió su influencia, aunque no lo citó en sus escritos.
Pasamos a referirnos a su obra Hacia un nuevo humanismo. Ya hemos hecho mención del interés que tuvo Samuel Ramos por el hombre y por la antropología filosófica. Afirma Ramos:
Entre la confusión de ideas en que hemos vivido en los últimos decenios de este siglo, se ha perdido la noción del humanismo. Ahora bien, si queremos dar satisfacción a esa voluntad nueva que se ha levantado, es preciso orientar la educación en un sentido humanista, el humanismo tiene una perenne actualidad, porque su espíritu no está limitado dentro del marco de tal o cual época histórica, como la Antigüedad o el Renacimiento, sino que trasciende del pasado a todos los tiempos. Ser partidario del humanismo en estos momentos no significa ser conservador y creer el retorno a lo antiguo. Cada momento histórico tiene su propio humanismo, desde el cual pueden enfocarse con nuevas perspectivas las inspiraciones humanistas que vienen del pasado (Ramos, 1972).
Estas acertadas palabras muestran su auténtica posición humanista y por lo mismo su interés sobre el hombre. En Ramos resurge una tradición humanista propia y original del pensamiento filosófico mexicano; esta tradición puede confirmarse en el seguimiento de la historia de las ideas filosóficas en México desde el siglo XVIII hasta nuestros días; dicha historia podemos encontrarla en los distintos momentos del discurso humanista mexicano coincidente con el contexto histórico en el que se da.5
El "humanismo", es un tema original como ya hemos dicho, de la filosofía mexicana que se distingue por sus planteamientos y contenidos del humanismo renacentista europeo. En este humanismo mexicano no se plantea la deificación del hombre como lo hizo un Picco de la Mirándola o un Fernán Pérez de Oliva. Por el contrario el pensamiento humanista mexicano se caracteriza por ser esencialmente realista, recordemos a los jesuitas criollos mexicanos del siglo XVIII, a Gorriño y a Severo Maldonado del siglo XIX, su humanismo es distinto al europeo porque su contexto era también distinto. Así mismo tampoco debe confundirse con lo que en el Renacimiento se distinguió con los términos latinos studia humanitates. El humanismo mexicano se ha caracterizado siempre por el respeto a la esencialidad del otro por el interés de conocer al hombre como ser distinto a la simple naturaleza, por su proyección en la política y en la cultura. Éste es el humanismo que encontramos en Samuel Ramos, con su propia originalidad en su planteamiento. Cierto que Ramos quiso resolverlo e incluso fundamentarlo con categorías del pensamiento europeo, pero el planteamiento primario, esto es, el planteamiento del que parte Ramos es totalmente original y propio, lástima que nuestro filósofo no tuviera presente los lineamientos y propuestas del humanismo mexicano del siglo XVIII y XIX, adaptables, en mucho, al siglo XX.
Como primera instancia plantea Ramos en relación a su obra: "La intención de este pequeño libro no es tratarlos (se refiere a los problemas antropológicos) minuciosamente sino fijar un itinerario de acuerdo con el estado actual de la antropología filosófica, en el que se plantean algunos problemas y se indica en qué sentido trata de resolverlos el pensamiento actual" (Ramos, 1997: 19). Precisamente en relación con dicha antropología filosófica ofrece Ramos una excelente visión y un minucioso estudio del pensamiento europeo y aclara: "No pretenden ser estos escritos un tratado de filosofía en el que se expongan sistemáticamente sus problemas; sólo deben tomarse como una selección de ideas filosóficas ordenadas de acuerdo con una perspectiva personal" (Ibíd.: 21).
Ramos sintió la necesidad de plantear los lineamientos de "un nuevo humanismo", como el prefirió llamarlo, de analizar la problemática antropológica y aconsejar una metodología "rigurosa" para todo ello.
Trataremos de resumir y exponer sus principales ideas.
Comienza realizando la distinción entre civilización y cultura. "La civilización ha despojado al individuo de su libertad, aprisiona su espíritu con múltiples ligaduras y le impone una personalidad extraña" (Ibíd.: 4). Por el contrario en la cultura toma forma la espiritualidad humana, "lo esencial de la cultura moderna es el sentido espiritual de la vida" (Loc. cit.).
Civilización y cultura se presentan como un dualismo en la vida del hombre. Al respecto afirma Ramos: "Según nuestra interpretación psicoanalista las preocupaciones de la vida material no han podido destruir el fondo espiritual del hombre, sino solamente ahogarlo" (Ibíd.: 9). Existe un malestar del hombre con el mundo porque los valores de la cultura están en crisis.
Si el hombre vive en una realidad ¿cuál es la noción que tiene de ella?. En relación a este problema Ramos se opone al idealismo y se inclina a la intuición para lograr por ella una experiencia inmediata de la realidad; afirmando la aceptación del método fenomenológico y siguiendo a Husserl pasa a plantear una ontología regional, esto es, una visión de la realidad de acuerdo con los problemas y objetos que la componen. Afirma que de dicha ontología regional lo que más le interesa es la existencia humana, entendiendo por ella no solamente la del sujeto humano "sino al mismo tiempo la de los objetos reales, ideales y valores que están en relación directa con ella" (Ibíd.: 35).
Cayendo, a momentos, en un eclecticismo Ramos cita a varios autores europeos, sin embargo puede afirmarse que sus guías principales, en este ensayo, son Husserl, Scheler, Ortega y Gasset, García Morente y Nicolai Hartmann.
Siguiendo con su interés primordial afirma que en este ensayo "se limitará a definir los problemas fundamentales de la antropología filosófica" (Ibíd.: 37). y que dicha antropología no es una síntesis de soluciones y conocimientos tomados de otras ciencias, sino "un territorio independiente del ser que va directamente a su objeto" (Loc. cit), esto es, al hombre teniendo siempre en cuenta las conclusiones ofrecidas por la ciencia. Pasa a señalar los axiomas de la ontología humana, las teorías, que a través del tiempo, se han dado sobre el hombre para concluir en la necesidad de una nueva valoración de los instintos, afirmando que las teorías psicoanalíticas y los conocimientos psicológicos han contribuido al estudio del hombre y que es necesario buscar "una estructura esencial del ser humano, cuyo esquema sea válido universalmente" (Ramos, 1972: 54); siguiendo a Ortega afirma que "La base o cimiento de toda la persona humana es... ‘el alma corporal’ o ‘vitalidad’... Aquí se funden lo somático y lo psíquico, lo corporal y lo espiritual y no sólo se funden sino que de ahí emanan y se nutren" (Ibíd.: 55). Sin embargo pasa a afirmar que el alma se distingue del espíritu: “El espíritu es el centro de la persona, ‘el conjunto de actos íntimos de que cada cual se siente autor y protagonista.’ El espíritu está integrado por la voluntad y el pensamiento. Constituye estrictamente lo que se llama yo" (Ibíd.:56).
Se vive de acuerdo con el espíritu cuando se vive como persona.
De acuerdo con las propuestas de Scheler, Hartmann y Ortega realiza un valioso análisis y exposición de la teoría de los valores y de la relación de estos con el hombre: "Quien percibe un valor puro, es decir, no realizado, no siente solo su cualidad valiosa sino una exigencia que tiende a su realización. Si algo vale debe ser" (Ibíd.: 65).
Los valores, según Ramos, no son ideas platónicas sino que "un principio dinámico los impulsa a pasar del plano ideal en que se encuentran al de los hechos reales... Tal dinamismo se traduce en la conciencia por el sentimiento del deber" (Loc. cit.). Podía preguntarse a Ramos ¿el sentimiento del deber surge de la cultura, de la sociedad o es un sentimiento a priori o innato en el hombre?. Ramos no lo concreta y criticando el apriori kantiano afirma: "La teoría de los valores suministra a las normas éticas un nuevo fundamento que nos libera del subjetivismo kantiano la noción del deber no ha adquirido su plena significación hasta el momento de relacionarla con el concepto de valor" (Ibíd.: 68); por lo mismo insiste, lo importante no es solamente conocer el valor sino realizarlo, y es en la sociedad donde tienen los valores su máxima realización.
En cuanto al problema de la libertad afirma Ramos que ella es una de las características ontológicas del hombre y por lo mismo debe ser estudiada por la antropología; citando a Hartmann concluye que la libertad, "es una determinación finalista... es cima de la humanidad, y no es fácil que los individuos se mantengan siempre a esa altura" (Ibíd.: 83).
Por último pasa a hacer la distinción entre persona y personalidad: "La persona es un fenómeno general y la personalidad es el grado más excelso que alcanza en algunos individuos" (Ibíd.: 84).
Siguiendo con su idea directriz vuelve a afirmar que la obra más grandiosa creada por el hombre es la cultura espiritual. La historia nos viene a confirmar que la cultura es la liberación de las condiciones materiales. Como puede advertirse Ramos Adopta una posición opuesta al materialismo histórico, planteando y defendiendo un orden objetivo de realidades y valores en los que se apoyan las actuaciones humanas.
Excluyendo la dicotomía materia -espíritu afirma que ambas deben estar relacionadas y que los mejores momentos de la vida histórica son aquellos en que se unifican y "actúan en consonancia" (Cfr. Ibíd.: 105-106).
Concluye Ramos este ensayo Hacia un nuevo humanismo citando y aprobando una propuesta de Scheler: "ojalá Scheler no se equivoque al pensar que no cabe oponerse a este ideal de unificación, porque representa un sino que en el porvenir conducirá a la realización del hombre integral" (Ibíd.: 106).
Pasamos a realizar una breve síntesis de Veinte años de la educación en México6, incluida entre las obras de Ramos de tema filosófico, ya que toda pedagogía se basa en planteamientos filosóficos.
Comienza enfocando la "revolución educativa" realizada por Vasconcelos y señala que en ella es necesario distinguir la intención y la realización. La intención, según Ramos fue admirable; la realización fue defectuosa por el poco tiempo con que se contó para realizarla.
Enfoca la educación durante el régimen de Calles, afirmando que el ministro Narciso Bassols influido por el presidente Calles quiso imponer en la educación una política antireligiosa, según Ramos "un jacobinismo... pasado de moda". En relación con la educación socialista afirma que ésta fue herencia del callismo y concluye "no hay, no puede haber educación socialista; lo único que puede haber, y es cosa muy distinta, es una política socialista en la educación" (Ramos, 1990: 93).
Ramos desconfiaba de la nombrada educación socialista, afirmando que lo más urgente era reflexionar objetivamente sobre los problemas de México, primordialmente pedagógicos, evitando "la imitación de lo extranjero".
En general puede afirmarse que en los cuatro artículos que vienen a afirmar lo publicado en sus obras completas bajo el título Veinte años de educación en México, no presentan un estudio profundo del problema, simplemente son una superficial reseña de lo ocurrido y aún no del todo lo ocurrido en México en esa época en relación con el proceso educativo.
Por otra parte es sumamente extraño y por lo mismo necesario de advertir que Ramos no nombra en ellos al filósofo y maestro mexicano Ezequiel A. Chávez quien se opuso con energía a la llamada “educación socialista” y además entre el 7 de diciembre de 1924 al 21 de enero de 1925 fue nombrado Consultor Técnico de José Vasconcelos cuando éste desempeñaba el cargo de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Es ésta la segunda vez que señalamos la postura de Ramos en relación con Chávez, caracterizada dicha postura por ignorar al que fue maestro de los ateneístas e intervino activamente en la educación mexicana.
Dicha actitud de Ramos en relación con Chávez la volveremos encontrar en su Historia de la filosofía en México. ¿Por qué Ramos se negó a reconocer la figura de Chávez y la influencia que de él recibió?, la pregunta es lógica, la respuesta sería quizá demasiado extensa para incluirla en esta exposición; simplemente insistimos en ello por la elemental necesidad de que el lector reflexione sobre estos acaeceres en la vida intelectual de Samuel Ramos.
No puede negarse la importancia que tuvo y tiene, al interior del espacio filosófico la Historia de la filosofía en México escrita por Samuel Ramos7. Se contemplan en ella algunas de las etapas más significativas del pensamiento filosófico mexicano.
Acertadamente afirma Ramos “que un cuadro general de la filosofía en México, por más imperfecto que fuera, sería el mejor impulso a las investigaciones sobre el tema” (Ramos, 1990: 99-100), y que su libro ofrece una “armazón provisional de la historia de la filosofía en México”. Su historia parece dividida en primera y segunda parte; en la primera parte, dividida en siete apartados contempla desde el pensamiento de los antiguos mexicanos hasta el movimiento científico en la Nueva España, siglo XVIII; la segunda parte dividida en seis apartados comprende la filosofía en México en el siglo XIX hasta el siglo XX inclusive.
En los temas tratados se advierten ciertas lagunas y la investigación realizada es, en cierto modo, superficial, por ejemplo, específicamente, Ramos no contempla la utopía y el humanismo planteados a principios del siglo XIX por algunos pensadores mexicanos por ejemplo por Francisco Severo Maldonado y años después por Juan Nepomuceno Adorno; así mismo no menciona a la gran importante escolástica mexicana del siglo XIX.
La exposición del pensamiento filosófico de Díaz de Gamarra adolece con carácter crítico filosófico, el mismo problema se advierte en el tratamiento que realiza de la filosofía en México en el siglo XVI.
Sin embargo volvemos insistir, esta obra de Ramos tiene el mérito de abrir el camino para la investigación sobre algunos de los distintos temas y autores que dieron y dan cuerpo a la filosofía mexicana.
Gaos opinaba sobre ella afirmando “que es el texto que necesitaban los estudiantes” y alabando el reconocimiento que realiza Ramos a Caso, puntualiza: “No creo justo dejar de señalar expresamente el capítulo sobre Antonio Caso, rectificación justa de apreciaciones de un pasado ya lejano, la cual hace a Ramos la misma justicia y honor que él hace al Maestro” (Gaos, 1945: 185). Así mismo agradece también la mención que realiza de los profesores españoles emigrados.
Sin embargo Gaos nota y destaca una importante deficiencia consistente en que Ramos no cita a Ezequiel A. Chávez, “yo he echado de menos no el nombre, sólo, sino unas páginas dedicadas a don Ezequiel Chávez” (Loc. cit.).
De nuevo por tercera vez Ramos ignora a Ezequiel A. Chávez y nos inclinamos a pensar que esta repetida “ignorancia” no se debe a un simple olvido sino a un no reconocer o no querer reconocer la influencia que Chávez ejerció en su pensamiento filosófico.
En 1950 publica su obra Filosofía de la vida artística en la cual resintiendo la influencia de Bennedeto Croce y desarrollando su propio interés por el fenómeno estético y su relación con el hombre expone Ramos sus ideas sobre “El concepto de la estética”, “El sujeto del arte”, “Psicología del artista y de la creación”, “La personalidad artística”, “El objeto estético”, “Valores estéticos” y sus reflexiones sobre la “Poesía”, “La música”, “Las artes plásticas”, “La danza”, “La esencia del arte y su función en la vida humana” y “El arte y la sociedad”.
Por último no queremos cerrar esta exposición sin dedicar unas líneas a la “Polémica” Samuel Ramos-Antonio Caso que se dio mediante dos artículos, uno de Ramos titulado Antonio Caso. La campaña antipositivista y la respuesta de Caso que presenta un título por demás significativo, Ramos y yo.
Sin embargo es necesario considerar que según Ramos no se dio tal “Polémica” y es justo, al respecto citar sus palabras: “El tono agresivo del folleto de Caso ha dado motivo a que se hable de una polémica entre él y yo. Suponer tal cosa es ignorar que quien vive verdaderamente de la filosofía no puede prestarse a disputas fuera del territorio intelectual. Esta polémica no existe ni puede existir. Por eso no he contestado los ataques de Caso de un modo especial” (Caso, 1975: 158-159).
El artículo de Ramos se publicó en la revista Ulises números 1 y 2, mayo y junio de 1927. A su vez la respuesta de Antonio Caso se publicó en Editorial Cultura, México, 1927. El artículo de Ramos tiene el mérito de la crítica realizado por un joven alumno al maestro, por ello nos parece valiosa e interesante. Primordialmente menciona que en ella a falta de “rigor reflexivo” y de “crítica” en Caso, afirmando que, “Nunca fue la crítica su fuerte”; en un tono bastante crítico se refiere al pragmatismo planteado por Caso en algunas de sus obras y refiriéndose a otras como, es indudable, a La existencia como economía, como desinterés y como caridad, El concepto de la historia universal, y La filosofía de la intuición, realiza un balance bastante negativo de ellas, afirmando que su obra da “una impresión de vejez por vaciar su pensamiento en los moldes rígidos y convencionales del estilo académico” (Ibíd.: 162), aun cuando “Caso se haya presentado como campeón de la filosofía moderna”.8
Si Ramos censura en Caso la falta de crítica y rigor, el artículo de Ramos adolece también de una crítica filosófica rigurosa y precisa.
Por otra parte saliéndose Ramos, en cierto modo, del “terreno intelectual” sus opiniones sobre la personalidad de Caso son bastante severas, críticas y negativas. Para que el lector aprecie cabalmente la crítica realizada por Ramos transcribimos parte del texto que, aunque extenso, es interesante por las tonalidades de censura en relación con la figura de Caso:
Era Caso un consumado maestro para exponer las ideas con diáfana elocuencia, sirviéndose del gesto, la mímica y la voz para matizar sus lecciones con una variada gama patética. Daba a cada sistema que iba presentando un tono característico y con su habilidad de mimo sabía vestir el traje de todos los filósofos. Cuando llegaba a los contemporáneos se exaltaba al punto máximo. No había en verdad mucho rigor crítico en el examen de estos últimos (Caso, 1971: 162).
Ramos advierte que Caso suplía su falta de rigor con toda esta mímica por demás teatral.
Sigue Ramos: “Debemos declarar que en la propaganda del pensamiento nuevo fue tan dogmático como el positivismo que combatía. Sospechamos que su antiintelectualismo y sus simpatías por la intuición son nada más refugios para compensar su debilidad crítica”. (Ibíd.: 164).
Concluye Ramos: “De todos modos Caso es en la vida intelectual de México durante este siglo un punto de partida. Por eso era urgente hacer el balance de su obra. Importa tomar en cuenta lo que han dejado nuestros mayores para evitarnos trabajo redundante” (Ibíd.: 167).
Bibliografía
Directa
  • Ramos, S. (1964). Filosofía de la vida artística. Espasa-Calpe Mexicana. Colección Austral. México.
  • ________. (1972). El perfil del hombre y la cultura en México. Espasa-Calpe Mexicana, Colección Austral. México.
  • ________. (1990). Obras completas. Hacia un nuevo humanismo. Veinte años de educación en México. Historia de la filosofía en México. Biografía por Juan Hernández Luna. UNAM. México.
  • ________. (1997). Hacia un nuevo humanismo. Programa de una antropología filosófica. Fondo de Cultura Económica. México.
Indirecta
  • Caso, A. (1971). Obras completas. I. Polémicas. UNAM. México.
  • Chávez, E. A. (1901). “Ensayo sobre los rasgos distintivos de la sensibilidad como factor del carácter del mexicano”. en Revista Positiva. México.
  • Gaos, J. (1945). Pensamiento de lengua española. Editoral Stylo. México.
  • ________. (1952-1953). En torno a la filosofía mexicana. Primera y segunda parte. Porrúa y Obregón. México.
  • ________. (1954). Filosofía mexicana de nuestros días. Imprenta Universitaria. México.
  • Ortega y Gasset, J. (1942). Meditaciones del Quijote. La deshumanización del arte. Espasa-Calpe. Buenos Aires.
  • ________. (1944). Ideas y creencias. Obras completas. Revista de Occidente. Madrid.
  • Rovira G., M. C. (1997)., Una aproximación a la historia de las ideas filosóficas en México. Siglo XIX y principios del XX. Dirección General de Apoyo al Personal Académico de la UNAM. México.
*La versión impresa apareció en el libro: Alberto Saladino García (compilador), Humanismo mexicano del siglo XX, Toluca, Universidad Autónoma del Estado de México, 2004, Tomo I, págs. 387-410.
 
Notas
1 Ibid. Al exponer los contenidos más importantes de la obra de Samuel Ramos nos referiremos más ampliamente a esta polémica.
2 Hernández Luna nos habla de las críticas que se dieron en México en relación con el artículo “Psicoanálisis del mexicano”: "Algunos periodistas calificaron al autor de Psicoanálisis del mexicano de escritor "soez e inmoral" y el contenido de ese ensayo "como carne de tribunal correccional". Por este ensayo de Ramos y por dos capítulos de la novela Cariátide de Rubén Salazar Mallén también publicados en los números de agosto y septiembre de la revista Examen, la Procuraduría de Justicia consignó a Jorge Cuesta director de la revista, y a sus colaboradores Samuel Ramos y Salazar Mallén señalándolos "como responsables del delito de ultraje a la moral", Juan Hernández Luna, Biografía de Samuel Ramos en Samuel Ramos, Obras completas, México, UNAM, 1990, Vol . II, pp. XV - XVI.
3 Las cursivas son nuestras. Indudablemente Gaos estuvo influenciado por estas ideas de Ramos y ellas le abrieron un camino en su elaboración categorial, no en vano dedicó la primera parte de su obra Entorno a la filosofía mexicana (México, Alianza, 1980) a Samuel Ramos. Los "elementos asimilables" de Ramos, pasan a ser los considerados en la categoría gaosiana de "importación electiva y aportativa", así como "la relación consciente y metódica de las formas de la cultura europea, capaces de alimentarse en nuestra tierra", las toma Gaos como guía para elaborar sus categorías de "importación desde dentro", "inserción en lo nacional" e "importación electiva y aportativa". La influencia de Ramos en Gaos es evidente en este tema "categorial". Como dato curioso es oportuno recordar lo que Gaos dice sobre Ramos en Pensamiento de lengua española, a propósito del problema de las categorías que pueden elaborarse con el fin de demostrar la originalidad en el pensamiento filosófico mexicano. Afirma Gaos refiriéndose a El perfil... "Mas bien que aplicar a una realidad histórica nueva como es la de la cultura mexicana un sistema previo de categorías... Ramos va empleando los conceptos que en buena parte le sugiere con una peculiar espontaneidad y como más propios, la realidad nueva a que se ha enfrentado", p. 172.
4 Chávez cita a Miguel S. Macedo "distinguido sociólogo" quien, según nos informa, había realizado un estudio sobre "la criminalidad del hijo de la plebe en nuestra ciudad"; cita también al Dr. Macouzet interesado también en el estudio del mexicano. Este ensayo de Chávez saldrá al público, próximamente en la edición que prepara El Colegio Nacional de la obra completa de Ezequiel A. Chávez.
5 Intencionalmente no nos referimos a la corriente humanista que se dio en México en los siglos XVI y XVII por la razón de que éste fue un "humanismo" de corte español en relación con el indígena mexicano. Aquí nos referimos a un "humanismo" planteado por mexicanos en relación a una problemática histórico-política como fue la de los siglos XVIII, XIX y XX.
6 Esta brevísima historia de la educación en México que comprende desde Vasconcelos a la educación socialista fue publicada en artículos en la revista Hoy en el año de 1939.
7 No olvidamos las obras de Emeterio Valverde Téllez, Apuntaciones históricas sobre la filosofía en México, Bibliografía filosófica mexicana, Bibliografía eclesiástica mexicana y Crítica filosófica, que se han convertido en una valiosa aportación para todos los estudiosos e investigadores de la filosofía mexicana. Así mismo es necesario citar también la obra de Agustín Rivera, La filosofía en la Nueva España, publicada en 1885 y su respuesta a Agustín de la Rosa, 30 sofismas y un buen argumento publicada en 1887, que aunque no son obras propiamente de historia de la filosofía, sí se enfocan en ella, críticamente, temas importantes en relación con las ideas filosóficas en México en la época colonial.
8 Es necesario recordar que en este momento en que Ramos realiza la crítica a Caso, éste había publicado las siguientes obras: La filosofía de la intuición; Problemas filosóficos; Filósofos y doctrinas morales; La existencia como economía como desinterés y como caridad; Ensayos críticos y polémicos; El concepto de la historia universal; Discursos a la nación mexicana; Doctrinas e ideas; Tratado de estética; Historia y antología del pensamiento filosófico.
 
 
Ma. del Carmen Rovira GasparFacultad de Filosofía y Letras/UNAMJulio 2006
 
 
 
 
 
 
 
 

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